Un 3 de Mayo de 1968 en la plaza de la Soborna de París, se reúne un grupo de estudiantes para escuchar las comparecencias de Cohn-Bendit y sus compañeros
A las 4 de la tarde la
Universidad parisina estará rodeada por la policía que detendrá, en contra de lo
pactado a varios estudiantes. Esto originará numerosas manifestaciones
espontáneas. Ha comenzado el “Mayo del 68”.
Como la revolución francesa y las
conquistas napoleónicas, siglos atrás, las revueltas estudiantiles y las huelgas
masivas que sacudieron Francia en mayo del 68,
fracasaron finalmente en los campos de batalla, pero sus efectos
cambiaron la vida de generaciones.
El cóctel de universitarios
desencantados, trabajadores descontentos, la guerra de Vietnam, y los deseos de
libertad, marcaron el “Mayo francés”.
El origen de este “Mayo francés”
tiene su origen en las reformas universitarias de 1967, que no contentaron a
nadie. Un grupo de estudiantes de la Facultad de Letras de Nanterre, en las
afueras de París, dirigidos por Cohn- Bendit, apodado “Dany el Rojo”, forma un
grupo que convoca la movilización y aprueba un programa de reformas educativas
y exigencias políticas radicales.
Cerrada su universidad y detenidos algunos
dirigentes, se trasladan a la Soborna, y se enfrentarán a la policía en el
Barrio Latino y piden ayuda a todos los sindicatos estudiantiles y obreros.
Las
protestas se multiplican, el centro de París se llena de barricadas y en la
noche del día 10 de Mayo la policía lanza un asalto masivo para intentar
recuperar el control, pero fracasa y en el choque resultan heridas más de mil personas,
cuatrocientas graves, y en respuesta, los sindicatos principales convocan una
huelga general para el día 13.
A dicha manifestación de París acudió el mismo
día más de un millón de franceses. Las reivindicaciones estudiantiles se
eclipsan y los sindicatos convocan nueva huelga general e indefinida a partir
del 17, que paralizó el país. De nueve a diez millones de personas se sumaron a
ellas.
Las revueltas fueron eficaces, y
para los trabajadores, allí donde tomaron parte, fue una gran oportunidad para
descubrir el poder de negociación industrial. Los estudiantes no eran
revolucionarios, pero a punto estuvieron de derrocar a De Gaulle. El Presidente
De Gaulle, el 27 de mayo, concedió a los sindicatos, a cambio de desconvocar la
huelga y dejar aislados a los estudiantes, un aumento salarial del 14%,
reducciones sustanciales de la jornada laboral y garantías de empleo y
jubilación.
El día 30 De Gaulle se reúne con
los mandos militares, disuelve la Asamblea Nacional y convoca nuevas
elecciones, y pidió por televisión el apoyo de los franceses. Los franceses
apoyaron a su presidente, la huelga se va debilitando y se empiezan a aplicar
los acuerdos, y De Gaulle gana las elecciones a finales de junio.
Gran parte de la sociedad francesa,
sigue viendo este movimiento como la semilla de la que han germinado muchos de
los mejores avances sociales de los últimos 40 años: la liberación de la mujer
en el mundo actual, la consolidación de los derechos sindicales y el
protagonismo creciente de la sociedad civil.
"Fue más que una simple protesta,
pero menos que una revolución", señaló Edgar Morín.
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