Tras una operación a corazón abierto, el torero ha fallecido hoy lunes a los 69 años
Palomo Linares permanecía
ingresado en el hospital Gregorio Marañón desde el pasado viernes, ya que se
iba a someter a una operación de corazón, que tenía previsto durar unas cinco
horas.
El torero comentaba estos días
atrás los pormenores de su operación. “Es una operación larga y complicada con
anestesia general. Me han dicho que estaré varios días en la UCI para controlarme mejor. Estoy tranquilo,
porque estoy en las mejores manos. Tengo 69 años y he toreado en peores plazas.
Y en algunas hasta he resucitado”, comentó a “Vanitatis” sin perder un ápice de
sentido del humor.
Tras su último ingreso, que tuvo
lugar hace un mes, los especialistas que le trataban no quisieron retrasar más
la intervención. “Me van a implantar una válvula mitral y volveré a mi
vida normal. Estos últimos meses no la podía hacer porque me encontraba muy
cansado”, comentaba, tras pasar una gripe que no curaba y que tuvieron que
ingresarle en el hospital el pasado mes de diciembre.
Concha
Azuara, su novia, comentaba; "Sigue en la UCI. Su
situación es crítica pero estable. Hay que esperar aún veinticuatro horas más.
Esta sedado y con máquinas. Con circulación extracorpórea", aseguraba ella
a este medio. También añadía que "lo suyo es que el corazón arranque y
como no ha sido así, está con máquinas". La situación, según Concha, era
"muy delicada". "Se puede complicar con trombos, con hemorragias
o con daños neurológicos".
El diestro, nacido en Linares un 27 de abril de 1947, era
hijo de un minero y vivió duros momentos debido a la pobreza de su familia.
Recibió la alternativa en mayo de 1966 de la mano de otro grande del universo
taurino, Jaime Ostos. La España ye-yé de los 60 lo convirtió en una estrella
hasta tal punto que incluso protagonizó una película junto a Pepa Flores
llamada 'Solos los dos'.
Tras ocho años de relación, se casó con la modelo
colombiana Marina Danko, el 26 de abril de 1977 en la iglesia
de San Jerónimo de Madrid, hace ahora cuarenta años. Padre de tres hijos,
Sebastián, Miguel y Andrés, actualmente no mantenía con ellos una relación
excesivamente buena. La relación se había recrudecido desde que se separase de
su esposa, en enero de 2012, fecha en la que se confirmó definitivamente el divorcio
tras 42 años juntos.
Este lunes, tras su fallecimiento, muchos han
resaltado no solo su faceta como torero sino también como pintor, ya que
incluso llegó a exponer algunos de sus cuadros, profesión alternativa, que
podría revalorizarse tras su inesperado fallecimiento.
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