Es la que nos aparece en situaciones límite y parece de superhéroe, sobrehumana
Seguramente has escuchado muchas anécdotas acerca de padres que han conseguido levantar a pulso un vehículo para salvar a sus hijos. Muchos de estos casos de “superfuerza” parecen leyendas urbanas, pero lo cierto que en una gran mayoría son reales. A este fenómeno se le denomina según los expertos como “fuerza histérica”. Es una fuerza muy superior a la normal que surge cuando nos enfrentamos a una situación de vida o muerte.
Está muy poco estudiada, ya que
sólo se manifiesta en situaciones muy límite, espontáneas y totalmente
imprevisibles, y desde luego sería muy poco ético realizar experimentos
haciendo creer a los sujetos que van a morir. Así que algunas líneas de
investigación, relacionadas principalmente con atletas, ofrece una perspectiva
sobre los elementos fisiológicos y psicológicos relacionados con fuerza
histérica.
Realmente no conocemos nuestros
límites respecto a la fuerza humana. Generalmente las actividades diarias sólo
requieren que usemos unas pocas fibras musculares y cuando hacemos ejercicio
tampoco usamos nuestras fuerzas, aunque nos parezca lo contrario.
Cuantas más fibras musculares
participen en una contracción mayor será la fuerza producida. Con ello llegar
al límite de nuestras fuerzas implica la utilización de todas las fibras de
nuestro cuerpo. Según los expertos cuando hacemos ejercicio usamos sólo el 60%
de nuestras fibras musculares. Los músculos son eficientes y únicamente
trabajan lo necesario para realizar un ejercicio o tarea. Con esto nos
protegemos lo necesario de los desgarros y fracturas de huesos y tendones.
Pero la eficiencia muscular es un
proceso controlado totalmente por nuestro cerebro, y claro ante sobresfuerzos
normales, nos rendimos pronto porque el dolor y la fatiga nos protegen de
daños. Sin embargo, cuando la vida es lo que está en juego, la cosa cambia,
pues es más importante salvar la vida o la de los nuestros, que protegernos de
posibles lesiones. Entonces, desde luego, no nos rendimos, ignoramos la agonía,
sobrepasamos lo que creíamos que era nuestro límite. Aquí tenemos el poder de
la motivación y la adrenalina nos ayuda a superar todos los límites necesarios
en el momento oportuno.
"Por lo tanto, somos mucho más
fuertes de lo que creemos y la fuerza histérica no es un fenómeno sobrenatural,
con lo cual todos tenemos un superhéroe en potencia dentro de nosotros".
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